Un viaje al interno

Un viaje al interno
Un descenso al corazón

sábado, 25 de marzo de 2017

60 Años de Tratado de Roma ¿y ahora qué?

Durante esta semana en Roma se han celebrado los actos del 60 aniversario de la Unión Europea, una unión que en los últimos años no pasa por su mejor momento, una unión que parecía difícil en sus inicios y que ahora, en su edad adulta, parece un proyecto imposible.

  Sin ánimo de caer en eso que han venido a llamar el euroescepticísmo, profundamente convencido de la importancia y necesidad de ésta Europa Unida, quiero reflexionar acerca de este aniversario, 60 años de Unión que no siempre han sabido ser sinónimo de unidad.

  No es fácil tratar de Europa, su historia se remonta a milenios, no en vano la llaman el viejo continente. Durante siglos las guerras y los anhelos de unos y otros por conquistarla desde dentro la han ido fragmentando en un sin fin de reinos y estados que aún hoy pesan más que el todo y tras 60 años de Unión todavía hoy estamos lejos de la unidad deseada. La Unión nació de las ruinas de una Europa herida por la guerra, la necesidad de una paz duradera hicieron que un puñado de hombres aceptasen ceder y cesar en su "juego" del más fuerte en pos de un continente que no conociera fronteras, desde entonces un sin fin de tratados han buscado vertebrar un proyecto que nació en medio de la incertidumbre.

   Hoy echamos la vista atrás y nos parece mentira las barbaridades que este continente ha protagonizado y son esos mismos horrores los que debemos evitar. La Unión nació como el proyecto que debería llevar a la viaja Europa a una nueva era, una era de paz y libertad donde todos fuésemos una sola cosa, una idea naciente en las puertas de la globalización de un mundo que a través de la técnica ha ido perdiendo sus fronteras.

  El mundo había cambiado y quienes lo habían conocido sabían que el camino hasta entonces recorrido se había vuelto un callejón sin salida donde los muros habían frenado toda posibilidad de desarrollo, era el momento de dejar atrás el odio y la venganza, era momento de empezar de cero, de poner unos cimientos fuertes con muros que unieran en lugar de separar, era tiempo de construir una vivienda común con multitud de países pero un solo techo, un lugar donde todos tuviéramos cabida, más allá de la propia cultura, creencia, tendencia o ideal... 
  Hace 60 años unos pocos creyeron que era posible y a base de constancia se fueron abriendo camino en medio de las dudas, durante este tiempo no han faltado los malos entendidos, los desacuerdos, los temores, las incertidumbres, pero al final siempre triunfó el deseo de continuar hacia la unidad dentro de la Unión. 

 La casa fue creciendo y como en toda obra o reforma hubo muros que tirar y otros que edificar, hubo que ampliar infraestructuras y buscar lugares comunes en los que poder compartir el tiempo y el espacio. Lugares para el dialogo y ante todo, lugares para el entendimiento. No siempre es fácil convivir, los que venimos de familias numerosas o quienes hemos compartido piso lo sabemos, pero al final, un lugar común nos ha de llevar a comunicarnos, a crecer y  aceptar que los otros son distintos a uno mismo pero que también uno es diferente a los demás, pero que en la unidad de todos subsiste el poder ser uno mismo a la par que el otro continúa siendo y es lo que da capacidad para existir.

Llegaron nuevos miembros, la familia fue adquiriendo un carácter formal y se consolidaron sus instituciones, no todos llegamos con el mismo presupuesto por eso fue importante que todos fuéramos solidarios a la par que humildes. Llegó el tratado de Maastricht y con el tiempo el tan ansiado Euro y el proyecto europeo pareció vivir sus años más dulces, lo en sus inicios parecía casi la utopía de unos pocos podía al fin haber encontrado el camino adecuado y comenzaba a ser, a todos los efectos, una verdad tangible más allá de los papeles. Pero el mundo seguía cambiando, más rápido de lo que nunca había cambiado hasta entonces y la nueva Europa, aún a pesar de su corta edad, no estaba preparada para enfrentarse a sí misma.

  En nuestros días las palabras que más se oyen son crisis, recesión, deuda... palabras todas ellas revestidas de incertidumbre y en no pocas ocasiones contextualizadas de dolor y drama. Casi de la noche a la mañana todo parecía peligrar y como en toda familia hubo quien decidió abandonar el nido... no había sido fácil llegar hasta aquí y ahora parecía aún más dificil poder continuar, nuevos peligros aparecían al rededor de Europa, el techo común empezaba a tener goteras y el agua se iba filtrando en la casa desde diversos puntos, en distintas cantidades, algunos muros amenazaban ruina y lo peor de todo es que la casa aún estaba sin terminar.

  60 años desde que se inició de la Unión Europea, una Unión con unos principios claros y unos valores firmes que ha aportado  mucho a sus miembros pero una Unión golpeada por una crisis mundial que la ha tensado y puesto a prueba una Unión ¿actual?.

  Yo tengo 30 años, mis padres algo más que los años de la Unión, ellos han vivido mucho, nacieron en un país de posguerra en el senos de familias muy humildes, crecieron bajo una dictadura, conocieron el nacer de una nueva democracia y con su esfuerzo contribuyeron a la concreción de esta Europa nuestra, han trabajado duro para sacar una familia de 6 hijos adelante educando en base a la libertad, el respeto y la igualdad, cosas todas ellas de las que no disfrutaron en su juventud. Ellos han sido la vanguardia de una Europa libre. Ellos continuaron la lucha que a su vez empezaron sus padres, mis abuelos, que vivieron los años oscuros de una Europa convulsa, entre guerras y revoluciones que dejaron a España y a Europa en el estado lamentable de donde con esfuerzo llegó a salir... 

  La Unión Europea se fundamenta en dos pilares, el Tratado de la Unión Europea (TUE) y el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) el primero de ellos recoge los principios y valores de la Unión donde se lee:

      La unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los Derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres. Son valores que deben ser respetados por cualquier Estado que vaya a adherirse a la Unión Europea. 

Si un país miembro viola esos valores puede ser sancionado e incluso (novedad Lisboa) puede retirarse de la Unión Europea. 

Es un texto breve pero lleno de contenido que, para mi generación al menos, es de lógica mayor y aplastante y que no obstante el ciudadanos de a pie, que no concibe una sociedad fuera de estos principios, o al menos, así debería ser, no percibe como real en su día a día. ¿Está la Unión Europea sabiendo velar por sus principios? ¿Son los Europeos auténticos depositarios de todo cuanto los principios fundamentales de la Unión expresan?

   Durante los años de la crisis el sentimiento general es que no. La igualdad y el respeto a los Derechos Humanos se han ido desdibujando en un sin fin de necesidades macroeconómicas que han ido minando la dignidad del ciudadano de a pie. El principio de solidaridad se ha ido trocando en el principio de economía y donde debía regir el Europeo ha pasado a regir el Euro. El hombre y sus derechos se han ido diluyendo y desde los agentes económicos y empresariales se ha ido pidiendo, poco a poco, la dignidad de hombres y mujeres en favor de los intereses de una economía donde la riqueza se privatiza y se reparte entre una ínfima minoría y la deuda se hace pública. La Europa que aspiraba a ser la Unión moderna de estados que diesen vigor a esta vetusta Europa se ha ido trastocando en sus principios y valores hasta convertirse en una extraña amalgama de feudalismo donde unos pocos poseen y el resto somos poseídos, a la par que somos desposeídos de todo aquello que con sangre, sudor  y lagrimas fuimos semabrando a lo largo de 60 años.

  Europa tiene vocación universal, de igualdad y de derecho, quiere y debe ser la depositaria de la justicia, pero Europa ha olvidado a su gente y está pasando de ser una madre a convertirse en una tirana. Jamás existirá Europa sin Europeos, de nada sirve abrir fronteras si no hay medios para traspasarlas, de nada sirve el Euro si no hay quien lo pueda utilizar... de nada sirven las alcancías llenas si los que las llenan no pueden subsistir. Europa se empobrece, los empresarios se niegan al dialogo y los prestamistas atenazan a los gobiernos que dan las deudas a sus pueblos mientras unos pocos devoran su pan y no les dejan ni las migajas... el trabajo ya no basta y quienes cotizaron con su esfuerzo solo reciben penurias... mientras que mi generación ve deshacerse entre sus manos un puñado de promesas para las que se han preparado, estamos preparados y dispuestos a poner en marcha esta Europa unida, pero sin herramientas adecuadas no hay nada que nosotros podamos hacer. Se nos dijo que eramos el futuro, pero se nos niega el presente y la nueva Europa envejece mientras sufre los achaques de la edad sin que haya nadie que pueda velar por ella porque se niega a ver que es tiempo de que otros tomen el rumbo.

  El trabajo ha pasado de ser un derecho a un privilegio y con ello la dignidad del ser humano ha pasado de ser un valor inalienable a convertirse en un lujo reservado a unos pocos. Los derechos fundamentales desaparecen y por la avaricia de unos pocos, muchos son los que se ven sin casa, sin trabajo, ¡sin comida! mientras nuestros semejantes se agolpan a las puertas de esta Europa sin rumbo sin que podamos dar respuesta a sus necesidades. 

¡¡¡¡EUROPA recupera tu camino!!!!, ¡¡¡¡EUROPA sé tú misma, vuelve a resurgir de tus cenizas y aléjate de quienes de ti solo quieren beber tu sangre!!!!. No olvides a tu gente pues sin ella no eres más que un almacén de viejas glorias, un museo, un anticuario, un trastero sin vida... el vago reflejo de un futuro prometedor que se volvió la sombra de un pasado terrible. ¡¡¡¡EUROPA DESPIERTA!!!! Escucha la voz de quienes en ti habitan y no el tintineo de las arcas que precisas llenar pues, a menos tienen los que en ti moran, menos pueden ofrecerte. No sea avariciosa de tus riquezas, no alardees de tu pasado mientras pierdes el presente y dejas a la nada el futuro porque si dejas que tus gentes caigan tú también caerás y con tus 60 años se te viene la jubilación y no habrá quien te sostenga. Prometiste bienestar a tus ciudadanos y sólo tienen cargas, ofreciste justicia y no tienen ni diálogo. Prometiste unión y se te queda en papel mojado.

  No, no quiero caer en el llamado euroescepticismo, no quiero cejar en nuestra idea de una Unión Europea, no puedo dejar de creer que este proyecto de paz y estabilidad es posible, pero de nada sirve creer y esperar si quienes tienen el mando no dan lugar a la esperanza, de nada sirve celebrar 60 años si no hay futuro en lo que tenemos 30. De nada sirve todo el camino andado si al final vamos a volver a un callejón sin salida lleno de muros insalvables, de nada sirve nada si no hay personas que vivan. De nada sirven los tratados si el ciudadano de a pie se siente traicionado, si toda la estructura social se desmorona y la riqueza no se reparte. De nada sirve ser una potencia mundial si el precio es renunciar a los principios y valores, si por la codicia vamos todos al fracaso.

  60 años de Unión Europea y el viejo continente se sume en las nieblas de un pasado a dos velocidades cuyo combustible es el capital humano sin humanidad y cuando el hombre no tiene nada que perder porque ya no puede ganar nada, lo último que pierde es el miedo. Si continuamos dejando que crezca la desesperación, si continuamos gestando un proyecto desigual, si continuamos cediendo a lo económico sin pensar en las personas, la Unión se verá apocada al fracaso más rotundo y el hombre exigirá justicia y sin herramientas de justicia al servicio de todos, no tardarán las manos desnudas en alzar sus puños para exigir su libertad.

  Hoy Europa enfrenta su momento más delicado, es hora de recapacitar, de escuchar más al otro que a uno mismo, de pedir esfuerzos también aquellos que más tienen, porque el que ya no tiene ni para tener miedo no tiene más que dar. Si se explota un campo fértil pero no se abona su tierra, la tierra queda estéril, como estéril se queda nuestra sociedad.

  Estas son solo las lineas de un hombre de 30 años que cree y espera en el presente vivir un futuro para el que se ha preparado, que quiere poder cosechar lo que sus padres plantaron en la tierra que su abuelo aró con el fin de poder abonar la tierra recibida y dejarle a los que vengan un campo sobre el que trabajar, lejos de los campos devastados y regados con sangre donde un deseo de Paz, Justicia e Igualdad nació como respuesta y fin a tanto odio. 60 años no son muchos, 100... quizá, pero si no volvemos a poner el ojo en las personas otros 60 años no habrá y no habrá servido para nada todo el camino emprendido; el futuro nos juzgará como aquellos que emprendieron un camino que no alcanzaron terminar y que les dejaron una Europa sin sentido en un mundo baldío, con un proyecto bueno, que a fuerza de Euros, lograron arruinar.

  Querido lector, seas quien seas, sólo quiero que sepas que todo es posible, que todo es empezar, que tenemos mucho que dar al mundo y que quiero contar contigo para hacer las cosas nuevas, diferentes, útiles, justas, veraces. No tengas miedo de gritar lo que es autentico, no temas pedir lo que es justo, no dejes que nadie te quite la dignidad, porque no es tu sueldo, tus estudios, tus ahorros o tu trabajo lo que te dignifica, eres tú por el hecho de existir y existiendo tú dejas que el otro exista y siendo tú dejas que todos sean, siendo como son, cada uno en su país, en su cultura, en su tendencia, en su circunstancia, pero todos bajo el mismo techo. Otra realidad es posible pero solo si la hacemos posible. ¡¡¡¡No tengas Miedo!!!!







No hay comentarios:

Publicar un comentario