Un viaje al interno

Un viaje al interno
Un descenso al corazón

lunes, 29 de diciembre de 2014

FELIZ 2015 reflexión para el cambio de año

  

  Se acerca el fin del año presente... casi del mismo modo en que vino, tenue, sombrío, en medio de la noche... se va como vino, entre alegría y algazara. Se va, y para siempre queda, porque el año que hemos vivido es ya parte de nosotros.


   Desde la conformación del mundo se suceden sus vueltas, sus ciclos, sus génesis, la luna la circunda, mientras la tierra rodea el sol  y todo pasa, cada año un poco más despacio, como esa vetusta anciana que es la tierra y cuya fuerza va perdiendo, año a año, sin que apenas nos demos cuenta... y lo que para ti o para mí es un año, todo un ciclo de ciclos, una génesis diaria inacabada, para ella, no es más que el leve roce de un instante, un segundo en las agujas del reloj. 



  ¿Quienes somos?¿A dónde vamos?¿De dónde venimos?... Qué es el hombre, qué su existencia, qué la vida que lo lleva y que lo trae. Quien yo soy hoy, es fruto de miles de años de evolución, de miles de entregas, de actos de amor libre, actos fortuitos, interesados, soy, como tú eres, fruto de errores, fruto de pasión, desenfreno... propios y ajenos, soy yo y todo lo que me ha hecho ser, soy yo, pero también soy aquellos que fueron antes de que yo... mucho antes, porque, para que yo esté aquí ahora, ha habido alguien que haya sido antes que yo, alguien labrara la tierra en los días de Isabel La Católica y que sin saberlo preparase ya un terreno en este mundo para mí. Alguien había cuando en el año 711 los árabes llegaron a España, pero también estaba allí cuando arribó Roma a estas tierras, y Cartago... Sí, somos hijos del tiempo, del devenir de los años, frutos de una selección de decisiones, errores, aciertos... fruto de una suerte de designios... embriones hoy de un futuro que no nos pertenece, nacidos de aquellos que fueron antes, aún mucho antes de nosotros... porque tú y yo ya eramos y estábamos entre aquellos moradores que en Altamira dejaron sus huellas en sus muros, conscientes, quizá, de una trascendencia que no les estaría permitido ver, somos el recuerdo de un futuro inexistente, somos el futuro de un pasado glorioso, somos un presente que debemos cuidar.


 Se acaba el año, pasa como silencioso y en Madrid al menos, se escapa frío y tenebroso, como sabiendo que se va para no volver y que se queda para nunca irse... Son días inciertos, un poco convulsos, la política, la economía, la sociedad... nada es ya, mientras todo aboga por seguir siendo, lo nuevo lucha por avanzar aún a precio de hacer caer a quien o a lo que sea, a toda costa. Lo antiguo coletea como un pez fuera del agua, a la espera de esa bocanada de aire que no llega... oriente y occidente, como antaño, se desconfiguran y dividen... mientras la tierra grita por salvar al hombre de sí mismo... mientras olvida su origen sin poder así alcanzar su meta.


 Democracia, libertad... intereses de unos pocos... justicia, paz... el anhelo de muchos, mientras otros buscan desconsiderados hacer la guerra... y todos callan... con la mordaza de lo correcto, de lo político, de lo tolerante... y el hombre se diluye poco a poco en unas aguas que sólo él puede amansar y que no hace más que agitarlas, como si al enturbiarlo todo el barro cubriera las heridas e hiciera desaparecer la culpa...esa culpa antigua que a unos pocos interesa y que un año más, se queda y continúa calando, vistiendo de odio los corazones de aquellos que aún están por llegar, que beben del manantial agitado de las aguas que el pasado no calmó, ni dejó de agitar... 


 Se acaba un año, donde todos estuvimos, donde unos se fueron, otros, han venido, algunos para siempre, otros, para un rato, un año lleno de vida y por ende, lleno de muerte, porque todo lo que vive, vive para llegar a su fin, y todo lo que tiene fin, muere, y todo lo que muere, vive para siempre. Un año lleno de amor, de valentía, de odio y de rencor... un año lleno de palabras no siempre comprendidas, de caricias ocultas, de soledades llenas de nada... se acaba un año que nos deja una pregunta, una pregunta llena de respuestas y que sólo tiene una respuesta ¿TÚ, DÓNDE ESTÁS? dónde has ido, qué has hecho, ¿has amado?¿has odiado?¿qué has aprendido?¿qué has dado?¿qué dejas a los demás? ante este año que nos deja, ante este año que va a entrar ¿TÚ DÓNDE ESTÁS? 


  Vivir no es más que un camino hacia la muerte, da igual cuanto tardes, y dará igual cómo llegues... por desgracia en nuestros días vemos demasiadas veces como el sinsentido del miedo conduce a muchos de nosotros a una muerte prematura, violenta, injustificada, del todo injusta. Mientras el año sigue, aunque parece no importarle a nadie, el ébola ha matado a más de 7000 personas, rostros anónimos de un genocidio silencioso, genocidio que como antaño, extermina a quienes a nadie importa, pero eso, ¿a quién le importa?... ¿Qué importa si en oriente se violan los derechos humanos de forma sistemática y del modo más atroz se ejecuta sin piedad a mujeres y niños sólo por el hecho de existir?... pero eso... a quién le importa... si se abandonan niños en china, si hay racismo en EEUU, si se hunden pateras en Gibraltar... si se desahucia gente, o si pasan frío, si aumenta el número de personas sin hogar... si no se respetan las libertades, si uno ya no es libre ni si quiera para mirar al cielo y hablarle a Dios que quiera, al que conozca, al que le enseñe a amar... si la educación y la enseñanza se disuelven en un mar de intereses fuera del sólo interés de formar al hombre... si la tolerancia agoniza... qué más das... eso, a nadie le importa... acallamos las conciencias con un euro al día, con una firma quizá, con manifestarnos... con reconocer con un premio anual que ponga de manifiesto los valores... 


 Se va un año que no nos deja indiferentes a ninguno, y viene otro que tampoco lo hará... y así, en el eterno espacio tiempo se superponen los años, sin ser más que un apunte en el margen de una lineal eternidad, porque sí, hoy somos, como digo, porque de otros venimos, y nos vamos, porque otros vendrán, pero antes que nosotros, todo ya era, y cuando nos vayamos...¿todo será? 


  Que en el año que llega, que en este 2015 todos tus sueños se cumplan, que todo tu corazón rebose de amor y paz, que ames, que sepas perdonar, que tengas tolerancia y que la tengan contigo. Que el año que llega sea un hito en el camino del hombre y no una herida en la conciencia de la humanidad, porque sí, es cierto, es imposible cambiar el mundo, que los de abajo poco podemos, pero lo cierto es que, cuando todo se ponga mal, los de arriba se irán, y sólo nos quedaremos nosotros, si el mundo no cambia, tal vez es porque tú no te atrevas a cambiar... si el mundo agoniza... sé tú quien le ayude a respirar...


  FELIZ AÑO 2015, MI QUERIDO SEAS QUIEN SEAS... si lees esto, ojala que todo el calor de mi corazón te inunde, y que en medio de la noche, en la dificultad, este calor te ayude a prosperar, que aunque no lo parezca, aun cuando estemos solos, no olvides, seas quien seas, que aquí hay un corazón que te ama y te respeta siendo como eres, sólo por el hecho de existir, porque una pocas brasas ahogadas pueden parecer poca cosa, pero no olvides que basta un poco de aliento para hacer revivir la llama. Quiero ser las ascuas que tu aliento necesitan, o el aliento que te haga despertar... para que mi calor te llene y tu calor pueda llenar...


  FELIZ AÑO NUEVO,  ahora dime ¿TÚ, DÓNDE ESTÁS? 









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