De esas cosas breves que uno no sabe explicar

Vino a ser inesperado reencuentro de forma impensable, casi increible... de forma inaudible, como si de una liturgia se tratase cada cosa, cada gesto, cada movimiento, cargado de un profundo significado, como queiriendo traer a lo mas humano todo lo divino... y concretarlo dentro.
 De forma casi fortuita, como lo son los aciertos, de forma atrayente... casi una tentación, casi una tortura de inexplicable dulzura... de un modo concreto, perdido, casi arcano, desconocido, despertose en mí el miedo, como una sombra, que su sóla luz de un momento despejó... y pasó la noche y pasó la lluvia y comienza mi tierra ahora empapada a creer porder volver a florecer, desde lo mas incierto, de lo mas inesperado, desde lo mas siniestro... Fue el horror y primero un incendio, fue la lluvia, el terrible tormento, fue la noche  y hasta el viento... y al final... brilla el sol... y germina algo dentro... y vino así, sin mas, vino sin yo quererlo... pero ahora que aquí está, no quisiera perderlo.