En el ruido del Silencio

La vida... en su prisa de sus ires y venires... en su desenfreno constante... nos viste a veces de locura que no podemos ni entender. Sumidos en la prisa y la cosntante necesidad de hacer cosas olvidamos la quietud mientras dejamos que el estrés, la ansiedad y la incertidumbre nos acosen... Ardiendo en este desenfreno esperamos la vida en cada cosa, buscamos la paz en cada hueco, la felicidad en cada caricia, en cada calada, o en cada copa... "Ardo en busca de amor, y no está... salgo en busca y no lo encuentro... en mi alma un terremoto, un fuego abrasador... en mi ser un infierno, un profundo dolor..." y así pasan los días... y la desesperanza, la desilusión y el tedio nos dominan... Habiendo probado ya todo balsamo del Fierabrás... continuamos caminando... lento, pesado... mientras se cosumen nuestras entrañas, mientras se quiebran nuestros huesos... cansados todo el día... sin aparente descanso....

    Ardo en busca de tí, y no estás... te he buscado y esperado, pero tú no vienes... he vivido huracanes, terremotos, incendios... mi vida ha sido debastada y yo sólo la he vuelto a levantar... aún te sigo esperando... pero tú, no vienes, no... Callé un momento... y en el ruido del silencio, te oí... siempre aquí has estado... calladamente oculto en mí... y cuando te he dejado de buscar, cuando he dejado de gritarte para saber donde te escondias... resultó que allí estamos, juntos los dos... como insomnes... quietos, callados... en el ruido del silencio... allí donde no creía, allí de dónde huía, allí... donde no te quise ver, dónde no quise tenerte... en el ruido del silencio ensordecedor... en medio de la luz oscura... en medio de la noche clara... en el ruido del silencio te oí... por eso, solamente una palabra, sólo una petición, sólo dejame mirarte cara a cara, y perderme como un niño en tu mirada, y que pase mucho tiempo, y que nadie diga nada, y que pase mucho tiempo, y que nadie me lo impida... verte así es lo que he buscado, toda la vida...


  Cuando en el silencio el corazón manifiesta su verdadero rostro y todo lo llena la luz y la claridad serena de quien se es... la vida vuelve a su calma, como las aguas del río a su cauce... como la paz vuelve, despues de la tormenta...