Hemos olvidado, sí, se nos olvidó recordar... hemos querido conquistar el espacio y nos hemos olvidado de la tierra, de lo mucho que tiene que decirnos, que enseñarnos... hemos sido hijos desagradecidos, y mucho, hemos olvidado el seno de la madre, la madre tierra, en busca de un sueño en el cielo... en un más allá, en ese etéreo especio que desde niños nos fascina y nos sorprende...
Hemos soñado con volar, hemos soñado con la luna y las estrellas... hemos llegado a ellas, pero, hasta quien de entre nosotros tocó la tierra de la luna... ahora vuelve al polvo de la tierra que le vio nacer...
hemos olvidado... sí, se nos olvidó recorda, que el hombre tiene pies, para andar, y no alas... y con esto no digo que el desarrollo y el avance sean malos, no quiero decir que no debamos conquistar el cielo y el espacio, ni investigar el tiempo ni conocerlo, sólo quiero parar un instante esta veloz carrera... parar, recordar... mirar la tierra... es ella quien nos dice quien somos, de dónde venimos... en ella hayamos las respuestas a lo antiguo, a lo que fue y nos hizo ser... con nuestras manos aprendimos a usarla, a trabajarla... y a cambio ella nos daba... nos regalaba su maternal regazo, y el cielo, como un padre, nos daba su paternidad y particular solicitud... desde el sol, a la luna, pasando por el manto de estrellas, como un padre el cielo mostraba su fuerza... y nos fascinó...
Hemos olvidado, sí, se nos olvidó... y nuestra inteligencia nos llevó a buscar el cielo, a despegar los pies de la tierra... y ya dice el refrán, cuando el pajaro aprende a volar... abandona el nido... y el hombre, aun que se arraiga, no tiene raices, y el hombre, ve en el horizonte su limite... y el horizonte... nunca llega... siempre se va...
Hemos, pues de recordar, lo que la tierra ha de enseñarnos... ella se duele y se bate en duelo por el olvido... y llora... todos la hemos visto cambiar...
Una hortelana me enseñó a trabajar la tierra... a mimarla... y vi que la tierra si la mimas, te mima... pero es necesario trabajar. La tierra nos da su fruto, y nos enseña la importancia de una continua donación, una mutua interactuación... como una madre nos enseña que el trabajo constante da sus frutos... asi la tierra. Ella nos sacia de la dulzura de los frutos que sembramos, que ella cuida y hace germinar, y nosotros cosechamos... no sin esfuerzo, a veces, con dolor, pero que nos llenan de vida, y a veces, de una tremenda dulzura... de la mano de la tierra podemos dominar las aguas, los sustratos, mimar y alimentar la tierra, darle de beber... y ver crecer el fruto de una acción, que nos recuerda que de ella somos...
El alfarero de la tierra saca su arte... con mimo la maneja y la modela... así con la tierra podemos beber, comer, expresarnos... construir... tierra... tan importante que bautizamos con ella nuestro planeta... en ella estan nuestro antepasados, en ella esta inscrito el pasado de la tierra... con ella estamos haciendo el presente... y a ella, sólo ella, le corresponde el futuro... en ella seremos inmersos, inhumanos, del latin hinumare, enterrar, del humus, tierra constituida por la descomposición de materiales animales y vegetales, en ella descansaremos nuestro ultimo viaje, y cuando nosotros no estemos, ella seguirá ahí... sólo lo que en ella dejemos, será lo que seamos, sólo lo que en ella seamos, será lo que dejemos...
Tierra... madre y maestra... tierra, morada primera y última... tierra... que aún desconocemos y que nos enseña... tierra... a la cual pertenecemos y que en verdad no es nuestra... arena en nuestras manos... polvo en nuestros pies... tierra... tiempo, arte, alimento... tierra... lugar al que volver para pensar... lugar que conocer para entender... madre primera que cuidar para aprender... tierra... poderosa indefensa anfintriona... tierra, que Tierra es.
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