Supongo que no es fácil plantarse por primera vez ante el blanco de la pantalla con el fin de abrir la primera entrada del que pretendo se convierta en mi blog... de hecho, no lo es. Son muchas las cosas que se me pasan por la cabeza acerca de sobre qué escribir, e incluso, por qué... ¿qué me lleva a querer abrir un blog? No tengo la menor idea y sin embargo cierta emoción me embarga, cierto nerviosismo me reviste a la par que la calma de la noche, un tanto fría, me impulsa a escribir relajadas letras que lentas nacen... Son tantas cosas las que quisiera contar y a la vez ninguna en concreto. Son tantas las ideas, las impresiones... en este mundo convulso e inestable en que estamos, donde nada es lo que parece, donde todo es posible y nada es probable... en este mundo a veces tan frívolo, a veces tan lleno de nada y no obstante... el único mundo que tenemos...
El amor, el odio, el miedo... la pasión, la intriga, el eterno interrogante... la existencia, la vaciedad, el dolor, la muerte... la vida, la fe, la paz... hablar, oír, escuchar... sentir y expresar. La libertad, la fugacidad del tiempo o su pasar pesado y lento... la extrañeza, la añoranza... tantas y tantas cosas que se entremezclan y contradicen, tantas cosas que nos abruman y a la vez, con el tiempo quizá, nos hacen ver la luz... pero claro que para poder ver la luz ¿no es acaso necesario caminar entre tinieblas? para apreciar la compañía, ¿no es preciso quizá vivir la soledad? para comprender la vida... ¿no es tal vez obligatorio vivir, aun en cierto modo, la muerte?
El perdón, el olvido, el recuerdo... la fidelidad, el rencor, la soledad... el dolor, la enfermedad, la vida... la traición, la esperanza... a veces el mundo parece mostrar sólo su faz mas oscura, como si pareciese que la humanidad entera se resintiese de un dolor profundo que ya no puede acallar, pues el planeta entero grita... a una humanidad aletargada que se niega a callar, aun que no sabe bien, quizá, qué decir, o a quien gritar... quizá ese sea el problema, quizá, aprender fuera la solución... tal vez nos acostumbramos demasiado rápido a ser la especie superior y creímos que no necesitábamos más de nadie... ni tan siquiera de nuestros semejantes y en un intento de proclamar bien alto nuestro propio ego olvidamos escuchar... y así pasa, que el mundo llora mientras el de al lado muere y nosotros no escuchamos la sutileza del aliento que expira y se va... y así pasa, que el corazón se agita cuando no se encuentra y no se ama y se consume mientras el ego se proclama... para al final quedar solo y mal herido y sin nadie que lo entienda... tal vez no sepa lo que digo, tal vez todo carezca de verdad, o tal vez sólo expreso lo que lento he escuchado, y eso sí es una verdad, que el ser humano ya no escucha, que tiende sólo a olvidar, y cuando solo la soledad queda... ya puede el hombre empeñarse en gritar, que aquellos a los que no escuchaste, ya no están para escuchar...
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